Todo en Brasil gira en torno de Cunha, poderoso y sospechoso de corrupción
- La Voz De la Ciudad
- 18 oct 2015
- 2 Min. de lectura
Eduardo Cunha, el polémico y poliédrico presidente del Congreso brasileño, hombre clave en la crisis política que desangra el país ya que, por prerrogativas de su cargo aún es el encargado de desencadenar (o no) el proceso de destitución parlamentaria (impeachment) contra su enemiga declarada la presidenta Dilma Rousseff, se encuentra a su vez más acosado según pasan los días: la Fiscalía brasileña ha hecho públicas esta semana varias cuentas suizas, abiertas por él al de su mujer y su hija, en las que se han movido, aproximadamente, más de 24 millones de reales (casi cuatro millones de euros). Ese dinero, según la Fiscalía, proviene de sobornos de empresas que consiguieron contratos jugosos conPetrobras. Él, una figura controvertida desde siempre, cada vez más acosado y tambaleante pero aún con el poder intacto, lo niega todo y dice sentirse víctima de una persecución política.
El 10 de abril de 2000, la presentadora del telediario de la cadena RJ, Cláudia Cruz dio, con cara de póker, la noticia de la destitución, por presunto fraude, del director de la la Companhia Estadual de Habitação de Río de Janeiro. El tipo en cuestión era un por entonces casi desconocido Eduardo Cunha. Y la presentadora de la cara de póker su propia mujer informando, para su desgracia, de la suerte de su marido. Han pasado 16 años y el ultraconservador Cunha, nacido en Río de Janeiro en 1959, ya sobradamente conocido, protagoniza todos los telediarios. Su mujer, que en esas citadas cuentas de Suiza se autocalifica simplemente de “ama de casa”, también.
Cunha, miembro prominente de la iglesia evangélica, poseedor de centenares de dominios web brasileños en los que aparece la palabra “Jesús” sin que se sepa muy bien por qué, impulsor hace años de una ley que amparase el “ Día del Orgullo Heterosexual”, es además, un habilidoso parlamentario calculador y marrullero, obseso del trabajo y conocedor como nadie de los reglamentos del Congreso.

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